A los equipos de la estación de radio cristiana BBN el río Bogotá los sepultó hace mes y medio.
"No había forma de rescatarlos, todo lo dimos por pérdida, incluyendo los computadores", afirmó Ezequiel Roncancio, el representante legal de la emisora.
Allí, el agua alcanzó metro y medio de altura y llegó a varias casas de la vereda San Francisco (Mosquera) y a más de 2.000 hectáreas de cultivos.
Por eso, los 11 trabajadores de BBN siguen buscando la manera de volver a empezar, "pero esta vez desde ceros", advierten ellos, pues apenas hacen trámites para recibir las ayudas.
La mayor preocupación es conseguir los más de 300.000 dólares que cuestan los equipos, además de buscar un terreno que sea adecuado para montar la antena de transmisión y que sea avalado por la Aeronáutica Civil y por el Ministerio de Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Sólo así la BBN podría volver a ser sintonizada, pero lograr esto es apenas un anhelo.
La emisora, sin ánimo de lucro y que vivía de donaciones, dejó de emitir reflexiones bíblicas, noticias nacionales e internacionales y música para al menos un millón de personas en Bogotá y varios municipios de Cundinamarca, a donde llegaba la señal.
El aguacero del 17 de noviembre no sólo silenció a esta emisora, sino que también dejó sin vivienda a Jorge Novoa y Rosa Bayona, un par de esposos que, además de trabajar en BBN, vivían en sus instalaciones y cuidaban sus equipos. Hoy se están alojando en casas de familiares.
Los esfuerzos por recuperar la transmisión no han cesado; de hecho, tres de los locutores están trabajando en una emisora similar en Medellín, tratando de conseguir donaciones.
Mientras tanto, los otros ocho trabajadores de la emisora se turnan para brindar consejerías bíblicas en las casas de los oyentes y entregar calendarios a cambio de donaciones.
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